Este texto ha sido publicado en la edición impresa de Agricultura 2000.
La agricultura en Almería ha experimentado cambios muy profundos en los últimos lustros. Han sido cambios en los que la tecnología y los cambios sociales han jugado un papel decisivo. Y el proceso evolutivo y transformador no cesa, éste es un sector muy dinámico que no se conforma con seguir haciendo lo mismo.
Entre los grandes cambios de los últimos años, podemos destacar varios ámbitos:
Genética
Las empresas de material vegetal son muy activas en obtener cada día una mayor diversidad de frutos, colores, olores, texturas, sabores, formas, resistencias a plagas / enfermedades, uso eficiente de recursos, adaptación a clima, suelo, ciclos, productividad. La explosión de variabilidad genética puesta a disposición del sector es impresionante. Se pueden elegir semillas o plantas casi a la carta.
Energía
Lo que hace unas décadas parecía que era un factor permanentemente escaso y cada vez más caro, resulta que hacia 2020 entró en un círculo virtuoso, de la mano de la energía eólica y sobre todo la solar fotovoltaica, unido a la mejora continua y abaratamiento de sistemas de almacenamiento y las redes inteligentes.
Todo ello nos ha llevado a la “banda ancha” energética, y a una mayor flexibilidad en el uso de la energía. También la mejora de los materiales ha permitido que tengamos cubiertas de invernaderos con capacidad regulable de captación de energía solar fotovoltaica, sin perder eficiencia. Gracias al abundante sol, tenemos energía barata, disponible y limpia, y eso reduce los costes del riego agrícola o la automatización del campo.
Agua y desalación
El gran abaratamiento de la energía (solar fotovoltaica), y la proximidad al mar de la mayoría de zonas agrícolas de la provincia, unido a la mejora de la eficiencia de la tecnología de desalación (ya por debajo de los 2 Kwh/m3), han hecho que el agua sea un factor mucho menos escaso en la provincia.
Desalamos y bombeamos agua de mar con energía solar barata y discontinua, para almacenar el agua dulce en las múltiples balsas de la provincia. Además, ha seguido mejorando la eficiencia en el uso del agua, donde Almería es líder a nivel mundial. De hecho, la superficie irrigada ha aumentado, a pesar de la escasez de recursos hídricos tradicionales.
Agricultura de precisión
Es una realidad imparable tras muchos años de anunciar su llegada. Por fin y de forma masiva, usamos el suelo, el agua, los nutrientes, tratamientos, de forma muy precisa, segmentada, eficaz.
El campo, los invernaderos, están llenos de sensores y controladores, muy asequibles, que permiten conocer en todo momento la temperatura, humedad, caudal de riego, estado de los cultivos, madurez de los frutos, etc. Suelo, planta, ambiente, agua, frutos. Todo ello, en tiempo real y con automatismos que interactúan con los sensores y se activan a partir de ciertos umbrales.
Robotización y Automatización
La evolución de los robots, de las tecnologías de imagen y sensorización en general, las baterías de alta capacidad y densidad energética, la energía abundante y barata, han llevado a una explosión reciente de estos dispositivos y su cada vez mayor uso en el campo. Es una revolución en marcha, aun son algo caros o complejos de utilizar en algunos casos, pero se están imponiendo.
Tenemos equipos automatizados que se acercan ya bastante a la recolección completa de los frutos o al menos a una mejora importante en su eficiencia y clasificación desde el origen. También contamos con robots que eliminan malas hierbas, pequeños robots voladores que acaban con las plagas de insectos, y se van a recargar solos cuando se les acaba la batería. Otros que plantan, podan o injertan con bastante precisión. Es fascinante el grado de automatización al que se está llegando.
De la química a la física
Una de las consecuencias del triunfo de la agricultura de precisión, de la mejora de los modelos predictivos, de la robotización y automatización o de la energía barata, es que cada día se consumen menos productos químicos potencialmente nocivos para el entorno o para el consumo.
Se dan tratamientos mucho más precisos, hay robots que eliminan físicamente (por calor, corte o láser) malas hierbas o insectos, que cicatrizan las heridas de las plantas de forma rápida.
El entorno y los consumidores agradecen mucho esta evolución, y las propias TICs nos permiten hacer partícipes a los consumidores de todas estas mejoras en la producción y transformación de alimentos, pues los productos son más que alimentos o materias vegetales, llevan todo su historial y ADN de información asociada.
Inteligencia artificial
Las tecnologías de aprendizaje automatizado que empezaron a aparecer tímidamente hace 15 o 20 años, se han extendido e implantado de forma masiva en la agricultura almeriense, a partir de grandes volúmenes de datos públicos o privados, imágenes terrestres o aéreas, o incluso a partir de archivos de sonido.
Tienen aplicación en muy diversos campos, desde la evolución de plagas, enfermedades o malas hierbas, la evolución fenológica de los cultivos, la detección de oportunidades comerciales en los mercados, la previsión de cosechas propias o a nivel global, el control automatizado de la calidad de los productos o la mejora en el manejo de los cultivos para obtener los productos deseados con precisión.
TICs e integración bidireccional de la cadena de producción / transformación / consumo
Las tecnologías de información y comunicación (TICs) desde la aparición de los ordenadores, internet, los móviles y el IoT, con sus diversas generaciones (vamos por 7G), han provocado en los últimos lustros una auténtica revolución digital, en la que estamos inmersos, y que han permitido acercar el mundo físico y sus datos asociados.
Casi todo se puede medir, almacenar, orquestar en tiempo real, y se puede analizar o maximizar su valor con tecnologías de inteligencia artificial, que nos facilitan muchas decisiones. La integración de los datos es instantánea y bidireccional, ubicua a nivel mundial y acerca enormemente a agricultores y consumidores. En muchos casos, casi se puede hablar de “prosumidores”, pues la hibridación e interacción es muy alta.
El sector agroalimentario en su conjunto está muy integrado, y así lo facilitan las TICs, que aportan velocidad, eficiencia, economía, ayudan a reducir las tareas más penosas y favorecen la acumulación de conocimiento.
Orientación al consumidor
La agricultura almeriense, muy internacionalizada desde hace varias décadas, ha aprendido a mirar al mercado, a los consumidores, a co-crear producciones, formas de agricultura que den productos deseados por cada uno de los múltiples segmentos del mercado.
Se trata de escuchar a los consumidores, hacerles partícipes del proceso de producción de alimentos u otros productos vegetales, aportarles experiencias, entender sus valores, gustos, circunstancias vitales, requisitos de salud, dietas, cultura, gastronomía, calendarios. Los datos, el petróleo del siglo XXI, fluyen con agilidad y de forma bidireccional en las cadenas de producción / transformación y distribución.
Los agricultores, cuando siembran o plantan algo, saben perfectamente cómo lo van a comercializar, incluso han surgido modelos agrícolas y de distribución bajo demanda, que se adaptan a la perfección a los gustos o preferencias de los consumidores. Para muchos consumidores es importante en la actualidad conocer a fondo los alimentos y productos que llegan a sus hogares.
La agricultura almeriense, enclavada en una zona turística atractiva, tiene un excelente escaparate al mundo para darse a conocer, con toda su riqueza y virtudes, y gracias a su potente tecnología, permite que sus productos se diferencien, valoren y aprecien en muchos rincones del mundo.
Transporte y distribución
Desde hace años se viene hablando del concepto del vehículo autónomo y la electrificación del transporte. Es en esta época actual, cuando ese concepto tan deseado desde hace tiempo, se está convirtiendo en realidad, con unas implicaciones profundas sobre el transporte y la logística.
Por una parte, se están abaratando mucho los costes unitarios del transporte, también ayudados por la energía abundante y asequible, y además al ser vehículos autónomos se flexibilizan mucho los servicios, horarios, calendarios, y existe una gran dispersión de tamaños de vehículos autónomos, lo cual hace competitivo hacer envíos de lotes o partidas pequeñas, punto a punto, sin necesidad de llenar camiones completos.
El mayor impacto se da en transporte por carretera, en detrimento del tren o transporte marítimo, lo cual favorece aún más la integración europea. Esto está permitiendo que se acelere la tendencia a diversificar productos, calidades, adaptarse a la demanda, con segmentos cada vez más pequeños.
Agricultura ecológica y producción integrada
La fuerte demanda del mercado y la sociedad en general, especialmente en Europa, con poblaciones bastante envejecidas y sensibles a cuestiones de salud, han hecho crecer exponencialmente la agricultura ecológica en la zona.
La agricultura ecológica ha pasado a ser en Almería un modelo de producción masivo, con cerca del 40% del total de la producción. Y donde no es ecológica, es producción integrada, con un uso muy controlado de la química.
Ello entre otras cosas, ha favorecido un enorme crecimiento del sector de control biológico de plagas y un mejor conocimiento de las interacciones entre cultivos y entorno.
Sostenibilidad medioambiental
Es uno de los grandes temas del siglo XXI, y los avances tecnológicos están ayudando enormemente a dar respuestas satisfactorias a la demanda social por hacer de la agricultura y sus cadenas de transformación y distribución, actividades mucho más integradas, minimizando sus impactos negativos en el entorno. La sociedad lo demanda, lo exige, y la agricultura, que vive en el entorno natural, lidera el cambio.
Se están reduciendo las huellas de CO2, huellas químicas, paisajísticas, hídricas, en todos los procesos, haciendo una buena contabilidad y auditoría de los impactos, dando transparencia de los mismos a los consumidores. Las TICs son un enorme aliado en el reto del control, la medición y la transparencia.
El progreso tecnológico ayuda a muchos niveles: maquinaria, reciclaje, reducción de desperdicio, eficiencia logística, generación de energía, fijación bacteriana de nitrógeno atmosférico, control de residuos.
En estos últimos años, el paisaje de la zona de Almería es un entorno cada vez más amable, atractivo, cuidado, ha aumentado el turismo agrícola, el campo está limpio, cuidado, se respetan mucho las zonas naturales, entre otras cosas por el impacto beneficioso que tienen en muchos casos sobre la propia actividad agrícola. El paisaje lo está agradeciendo, y la calidad de vida de los almerienses.
Globalización
El mundo es muy pequeño, y gracias a las TICs, las distancias físicas han quedado reducidas a nivel de información, lo cual favorece enormemente los intercambios agrícolas entre distintas zonas del mundo.
No obstante, seguimos teniendo barreras legales o de bloques de países que, por cultura, historia u otras razones, siguen poniendo obstáculos importantes al comercio. Aun así, vivimos en un mundo en el que tenemos acceso a una variedad muy grande de productos frescos, en todas las épocas del año, en cualquier lugar.
Eso hace que la agricultura de Almería tenga que buscar su hueco eligiendo muy bien los productos y variedades que cultiva, los ciclos, los clientes a los que se orienta, y que Almería se haya convertido no sólo en una gran zona productora, sino en un centro de comercialización a nivel europeo e incluso mundial.
Este cambio, ha exigido una adaptación del modelo cooperativo almeriense a los nuevos tiempos, en el que la profesionalización y estabilidad de la gestión han sido decisivos para tener éxito en este nuevo enfoque.
El nuevo agricultor almeriense
El perfil de agricultor ha ido evolucionando. Cada día es más importante formarse, reciclarse, aprender nuevas tecnologías, comprender sus implicaciones, interaccionar con el mercado y sus tendencias, entender los cambios continuos que se producen en el rol del agricultor y las transformaciones de la cadena.
Surgen nuevos modelos y tecnologías que cambian los equilibrios y las relaciones, y hay que adaptarse. Tenemos agricultores hiper-conectados, conocedores de la agricultura en un contexto global, grandes defensores de su espacio físico, su paisaje, del medio ambiente, con ambición de mejora continua.
La agricultura en la zona, y desde su despegue en los años 60/70 del siglo XX, no ha dejado de evolucionar, transformarse, mirar al exterior y hacerse cada vez más sostenible, saludable e integrada con el entorno en el que se desarrolla.
Es una agricultura solar, adaptada al entorno templado-cálido y árido donde se desarrolla, que genera productos de alta calidad, de forma eficiente, y dando soporte a un tejido social rico, equilibrado y deseable. Almería es una referencia a nivel mundial, no sólo por su modelo agrícola líder, con además un potente y competitivo sector tecnológico, sino por el entorno socio-económico que ha sido capaz de crear.